Todos sabemos de la importancia de dormir para poder rendir al máximo. Sin embargo, tiene efectos mucho más graves, ya que una gran pérdida de sueño tiene efectos letales: los animales completamente privados de descanso mueren.
El sueño se considera, en gran parte, un proceso neurológico. Pero cuando los animales mueren de sueño, puede observarse un conjunto de insuficiencias en su organismo que van más allá del sistema nervioso. Hay investigaciones que sugieren que la falta de sueño en humanos y animales de laboratorio, puede provocar cardiopatías, hipertensión, obesidad y diabetes. Sin embargo, esas enfermedades no matan de manera inmediata.
Se han hecho diversos estudios, sobre todo con moscas, en las que los científicos han demostrado que cuando estos animales mueren por falta de sueño, los cambios mortales no ocurren en el cerebro, sino en el intestino. En las pruebas realizadas, se aprecia una concentración de moléculas que destruyen el ADN y causan lesiones celulares. Tras la privación de sueño, la aparición de estas moléculas es el primer signo de advertencia. Si vuelven a dormir con normalidad, se recuperan después de unos días, pero, sorprendentemente, si las moscas toman antioxidantes que neutralizan esas moléculas, no importa si no vuelven a dormir nunca más. Tienen la misma esperanza de vida.
Las investigaciones sugieren que dormir es vital para la regulación corporal de la oxidación, sobre todo en el intestino, y que es probable que ello pueda afectar a todo el organismo. Hay estudios que relacionan la privación de sueño con la insuficiencia inmunitaria, aparición de bacterias en tejidos que deberían estar sanos y oxidación en el hígado, pulmones e intestino delgado.
La investigación sobre el efecto letal de la falta de sueño apunta a los intestinos como lugar en el que se originan alteraciones que pueden ser letales.
En definitiva, podemos decir que el sueño es una necesidad básica que afecta a todo el organismo, no es una simple función de la mente y el cerebro.
No podemos dejar de mencionar que estas investigaciones se han realizado a costa de la vida de diferentes animales. Es un tema muy interesante pero implica mucho sufrimiento animal, además, de la dificultad de sacar conclusiones relevantes.
FUENTE: Greenwood, V. (2021). Por qué la falta de sueño mata. Mente y Cerebro, 107, 16-23.